Existen determinados alimentos que conviene lavar o poner bajo el grifo antes de cocinarlos o comerlos. El agua, aunque no desinfecta si no se le añaden otras sustancias, contribuye al arrastre de microorganismos y limpieza de la suciedad.
¿Qué alimentos se deben lavar siempre?
Arroz: es uno de los alimentos con más presencia de arsénico en su forma inorgánica, una de las más tóxicas. Antes de cocinarlo, es conveniente ponerlo en remojo.
Fruta y verdura: tanto si se van a consumir con piel o sin ella, es mejor lavarlas o ponerlas a remojo antes para eliminar suciedad. Aunque se vayan a pelar, el cuchillo puede arrastrar microorganismos hacia la carne de la fruta o verdura.
Legumbres secas: ponerlas en remojo ayuda a que se ablanden y se eliminen los fitatos, que son antinutrientes que impiden la absorción en el organismo de minerales como el calcio, el hierro o el magnesio.
Moluscos: conviene limpiar bien la superficie y después sumergirlos en agua y sal para eliminar la arena. Desecha los que estén abiertos o tengan la concha rota.
Pescado: aunque ya te lo den limpio en la pescadería, vuelve a lavarlo antes de cocinarlo.
Setas y champiñones: lávalas para quitarles la suciedad.
Por otro lado, existen alimentos que normalmente se lavan y que los expertos recomiendan no hacerlo. Algunos son los siguientes:
Huevos: si vamos a meterlos en la nevera, es mejor no lavarlos para no estropear la cutícula, que es la protección natural que tiene el huevo que evita que los microorganismos de la superficie penetren en el interior. Sí se deberían lavar justo antes de consumirlos.
Pollo: al contrario de lo que se puede pensar, lavarlo hace que los microorganismos se diseminen por la cocina favoreciendo la contaminación cruzada. Lo mejor es cocerlo.
Legumbres en conserva: el líquido del bote es totalmente acto para el consumo.
