Restaurante La Venta, Cuenca

La gastronomía típica de la Semana Santa de Cuenca

La Semana Santa de Cuenca es, junto a San Mateo, la fiesta más importante de la ciudad. Ambas celebraciones están declaradas Fiestas de Interés Turístico; en el caso de la Semana Santa conquense obteniendo la máxima distinción, al ser nombrada fiesta de Interés Turístico Internacional en el año 1980.

Cada primavera, miles de conquenses y visitantes llenan las calles del centro y el Casco Antiguo de la ciudad en su semana grande. Desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección en Cuenca se respira un ambiente especial, en el que la fe y la tradición embriagan cada rincón de la ciudad. Pero sabemos que vivimos en una urbe de cuestas y alturas, y nada como reponer fuerzas como es debido para evitar sustos e imprevistos durante la subida al Casco Histórico de Cuenca. Así que hoy nos hemos propuesto amenizarte el día con algunas de las propuestas gastronómicas que presiden la gastronomía de Cuenca durante la Semana Santa. Puede que ya te esté viniendo a la mente más de un plato o producto, pero seguro que otros todavía los desconoces. ¡Vamos allá!

Las torrijas.

Son una de las grandes protagonistas de la Semana Santa en España. Allá donde la tradición permanece, vive y perdura a lo largo de los años, las torrijas copan la lista de postres disponibles para la ocasión. Aunque la receta clásica y original es la de la de la rebanada de pan rebozada en huevo, acompañada por leche, almíbar, azúcar o canela, en los últimos años los bares y restaurantes de la ciudad abogan por versiones modernas y adaptadas del plato, que en muchas ocasiones acompañan con bolas de helado de diferentes sabores.

Los buñuelos.

Son, junto con las torrijas, el dulce más demandado en la Semana de Pasión conquense. Pasteleros, madres, abuelas y familias al completo se ponen manos a la obra para que sobre la mesa no falte una bandeja llena de este postre que no es otra cosa que una masa de harina frita.

Hay dulces con los que tenemos la sensación de que en ciertos momentos y épocas del año saben mejor, y las torrijas y los buñuelos son un claro ejemplo.

Resoli.

Y entre tanto dulce, ¿cómo olvidarnos de una buena bebida con la que acompañarlos?

El resoli es la bebida más popular de la ciudad de Cuenca. Un licor hecho con café, canela, corteza de naranja y de limón, clavo, agua, aguardiente serrano o anís y azúcar, que es uno de los grandes reclamos de la Semana Santa conquense. Aunque se bebe durante todo el año, es una de las grandes tradiciones de la Semana Santa de Cuenca, por lo que su consumo esos días se multiplica exponencialmente.

Una de las singularidades del packaging con el que a menudo es vendido el resoli son las botellas con la forma de las Casas Colgadas o aquellas que representan la figura de los nazarenos, nada más característico de la Semana Santa conquense. Si al sabor de este delicioso licor le añadimos esta presentación tan atractiva, el resultado es evidente.

Garbanzada.

La garbanzada es el plato por excelencia del Viernes Santo en Cuenca. Es uno de los días más duros de la Semana Santa, con procesiones que comienzan el recorrido de madrugada; por lo que cuando llega el mediodía lo que todo conquense y visitante ha de hacer es coger fuerzas para seguir con la jornada vespertina. El ingrediente principal de la garbanzada, como su propio nombre indica, son los garbanzos, que se acompañan con verduras como las espinacas, y con pelotas de bacalao, que hacen de este plato una delicia indescriptible, un placer para los sentidos.

Judías y chuletas de cordero.

Y si antes hablábamos del Viernes Santo al mediodía, ¿qué pasa con la noche del Jueves Santo?

Llegan los momentos previos a una de las procesiones más queridas por todos los conquenses, la procesión Camino del Calvario, conocida como ‘Las Turbas’. La parroquia de El Salvador abre sus puertas a las 5:30 de la mañana, comenzando así uno de los desfiles procesionales más importantes de España. Un desfile para el que nazarenos, turbos, conquenses y visitantes tienen que reponer energías para aguantar la fría noche conquense y el cansancio del recorrido y la espera. Y nada como un buen plato de judías y unas chuletas de cordero para lograrlo. Aunque es el menú estrella en la noche del Jueves Santo, también está muy presente en las comidas de Hermandad organizadas durante los días previos a la llegada del Domingo de Ramos.

Comidas que ayudan a vivir la Semana Santa conquense de la mejor forma posible, con el estómago lo suficientemente lleno y contento como para disfrutar el doble de una fiesta que es patrimonio de todos.

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