Las intolerancias alimentarias están a la orden del día. Cada vez son más las personas que sufren algún tipo de rechazo o malestar cuando consumen determinados alimentos. Muchas veces, dichas reacciones no se asocian con la comida, creyendo que se trata de cualquier otra cuestión o problema de salud. Pero lo cierto es que en los últimos años ha aumentado el número de personas que tras su visita al médico reciben un diagnóstico de intolerancia alimentaria.
Hay quienes confunden las intolerancias con las alergias alimentarias. Pese a lo que muchos puedan pensar, se trata de problemas diferentes. Las alergias son mucho más fáciles de detectar que las intolerancias alimentarias, lo que facilita su diagnóstico precoz. También es mucho más grave la reacción que provoca la alergia alimentaria a la provocada por las intolerancias alimentarias.
Algunas de las intolerancias alimentarias más comunes son:
La intolerancia al gluten.
La intolerancia a la lactosa.
La intolerancia a la sacarosa.
La intolerancia a la fructosa, el azúcar presente en frutas, vegetales y miel.
La intolerancia a la histamina, presente en quesos, verduras, vinos, chocolates...
Entre los síntomas más característicos que evidencian la presencia de intolerancias alimentarias, se encuentran:
La diarrea.
Las náuseas.
Los vómitos.
Las flatulencias.
Los dolores abdominales.
La pérdida de peso.
La pérdida de apetito.
La pérdida de masa corporal.
La fatiga.
La irritabilidad.
Si sufres alguno de estos síntomas tras la ingesta de determinados alimentos, lo más recomendable es que acudas a un profesional, que es quien determinará el problema y la magnitud del mismo. Los dietistas y nutricionistas también son profesionales cualificados para tratar en primera instancia los problemas vinculados con las intolerancias alimentarias.
Esta problemática hace que en muchas ocasiones quienes sufren algún tipo de intolerancia alimentaria sean reacios a salir a comer fuera, ya que sienten miedo y desconfianza sobre cómo pueden sentarles aquellos platos que vayan a consumir. La clave está en tener bien claro cuáles son los alimentos que nuestro organismo rechaza, y evitar su consumo allá donde vayamos.
En Restaurante La Venta, adaptamos nuestros platos a las necesidades de cada comensal. En nuestra carta de alérgenos están recogidos todos los ingredientes que pueden producir reacciones alérgicas sobre nuestros clientes. Del mismo modo, cuando recibimos la visita de personas que padecen algún tipo de intolerancia alimentaria, quitamos la presencia del alimento o alimentos en cuestión del plato del comensal. Se trata de hacer entre todos más llevadero el hecho de sufrir intolerancias alimentarias, y en Restaurante La Venta estamos muy concienciados al respecto, ya que consideramos que es una cuestión de primer orden en el sector de la hostelería y la restauración.
El equipo de Restaurante La Venta está siempre a tu disposición para que consultes cualquier duda o problema alimentario. Porque en nuestras manos también están tu salud y bienestar. Aquí todo el mundo es bienvenido. Que ninguna alergia o intolerancia te impidan salir a disfrutar de la comida fuera de casa. Todo está bajo control. ¡Disfruta!